Friday, February 8, 2008

Cheng

Sabía que el despertador sonaría pronto. Estaba despierto pero aún pasaban cosas detrás de sus párpados. Siempre pasaba minutos antes del despertador. Una niña lloraba sentada sola en un columpio, se levantaba y caminaba hacia él mirándolo fijamente con unos enormes ojos negros, comenzaba a mover los labios, parecía estar a punto de decirle algo, cuando un ruido electrónico interrumpió el sueño.
—Aló.
—¿Señor Fernández?
—Sí, soy yo. ¿Quién habla?
—Susana Cheng, de la veterinaria.
—¿Como está Jack?
—Creo que es mejor que venga a la clínica, señor Fernández.
Fernández trabajaba por las mañanas, excepto los martes, pero era jueves. Sus alumnos tendrían que esperar. Se lavó los dientes y la cara, se puso la misma camisa del día anterior, se había quedado dormido con jeans y medias, sólo le faltaban los zapatos. Tomó un taxi. Bajó despacio. Entró a la clínica. Esperó a Cheng en la recepción, junto a una asistente pelirroja que lo miraba a través de unas gafas grandes de marco rosado. Susana Cheng se acercó a la recepción con las manos en los bolsillos de la bata.
—Buenos días, señor Fernández. Llega pronto. ¿Cómo amaneció?
—¿Cómo está Jack?
—Lo siento, señor Fernández, su gato murió esta mañana.
Fernández recibió confundido el tono neutral de Cheng, tardó unos segundos en entender que hablaba en serio. Tragó saliva con sabor a fluor y detuvo la lágrima con el índice antes de que le llegara a los labios. Una mujer entró abrazando un french poodle moribundo. Fernández miró al perro detenidamente y no pudo darse cuenta de las tetas pecosas de la mujer que lo llevaba. Suspiró hondo, parpadeó lentamente y volvió con una mirada enfurecida sobre los ojos rasgados de Susana Cheng:
—¿Para eso me hace venir hasta acá? ¿No me podía haber dicho eso por teléfono?
—Es política de la clínica dar este tipo de noticias personalmente.
—Ya no importa.
—Sí, no es para tanto, hay muchos gatos.
—¿Sufrió?
—Sí, mucho. Lo mejor que le pudo pasar fue morirse.
—Hm.
—¿Quiere verlo? Está un poco tieso, pero aún se ve lindo. Puede sentarle bien despedirse de él. Casi todos los dueños de mascotas muertas lo hacen.
—No, no quiero verlo. ¿Qué hago ahora?
—¿Ha pensado qué hacer con el cuerpo?
—Me enteré hace dos minutos, ¿cuándo diablos iba a pensar qué hacer con el cuerpo?
—Está bien. No se preocupe. Podríamos incinerarlo con los deshechos médicos, pero también contamos con un programa de donación. Si quiere puede donar el cuerpo de Jack para que no se desperdicien sus órganos, nosotros nos encargamos de los trámites, usted sólo tiene que llenar un formato.
Fernández recorrió con la mirada los azulejos verdes de las paredes de la clínica. Vio los afiches de perros y gatos felices sobre grama verde, vio a los pacientes caninos y felinos en brazos de sus dueños humanos, vio el vaho de la mañana enferma, vio todo despacio, hasta encontrarse de frente con las gafas de marco rosado de la asistente y después con los ojos de Susana Cheng, que esperaba una respuesta. No lo pensó demasiado y asintió resignado con un sólo movimiento de la cabeza. Cedería el cuerpo de Jack a alguna institución.
—Está bien, señor Fernández, voy a llamar a la entidad que recibe las donaciones mientras usted llena los papeles.
—Ok.
Cheng pidió un formulario a la asistente, lo extendió a Fernández junto a un bolígrafo de tinta roja. Sacó una tarjeta del bolsillo de su bata y comenzó a marcar un número desde el teléfono de la recepción.
—Wang cheng sai, hai li. Low mein. Kin sei wah...
Fernández la miraba extrañado mientras llenaba las casillas del formulario apoyado en el escritorio de la asistente. No sabía una palabra de chino, no sabía si eso que Cheng hablaba al teléfono era chino o japonés o inglés con acento neozelandés. Sólo entendió las dos últimas palabras que Susana Cheng dijo antes de colgar.
—Han chow ki, chai sem... Chow mein... Yun lai, wong... Chop suey...

3 comments:

Estefanía M. said...

Sábados felices te espera... exitos.

=)

Anonymous said...

tu humor es mas fino q sabados felices ..
aunque seria divertido verte al lado de la gorda fabiola
ajajajajajajajaj

bollito de angelitoooo

pin2 said...

si, es importante explicar esas cosas... saludos.